Mirar a los ojos a un abuelo nos llena de alegría, nos transmite ternura, felicidad y cariño. ÉL ya cumplió con su tarea y le queda disfrutar de la vida, de su familia, de sus amigos, etc.
Sin embargo, hace unos años, muchos abuelos que deberían estar en sus hogares descansando y con la tranquilidad de que el Estado los renmunera por sus actividades prestadas, están desconcertados mediante la lucha por el beneficio del 82% móvil.
Qué paradoja, los que tienen que descansar salen a las calles a defender un derecho que les corresponde, los sueldos son miserables, la inflación crece; mientras, los gobernantes creen que hacen maravillas con los planes.
Hasta dónde llegó nuestro país. El país que todos o, quizas, la mayoría amamos. El país que vió crecer a tantos, que dió trabajos a millones de personas. El país del mundo del revés donde nuestros abuelos dicen presente en las calles de la Plaza Independencia (San Miguel de Tucumán) cada miércoles, no importa si hace frio o calor, ellos están y sólo piden ser escuchados, piden que el 82% móvil también los beneficie.
La media sanción de la ley de este beneficio llenó de alegría a muchas personas retiradas pero todavía continua la batalla. El Gobierno argumenta que de sancionarse habría default y existe la posibilidad de vetar la ley.
¿Hasta cuando seguirán esperando los abuelos por un salario digno? ¿Será posible que después de tantos años de trabajo aún continúen con la lucha por sus derechos?
Qué tristeza pensar que estas personas tan dignas, como todas, tengan que despertarse cada mañana con la ilusión de hacer realidad el sueño de un salario digno y de una mejor calidad de vida.
Realmente vivimos en un país que cada día nos sorprende más, mejor dicho los gobernantes nos sorprenden. Depende de cada uno luchar por una Nación mejor, donde todos seamos iguales y dignos. No pensemos en partidos políticos sino en personas que puedan gorbernar honestamente y dignifiquen a todos con trabajo, salud y educación.
Es hora de tomar conciencia de que los abuelos merecen disfrutar de su vida y no esperar que sea miércoles para hacerse presentes en 25 de Mayo primera cuadra. Aunque sea un minuto ponete a pensar en ellos. ¿Se merecen lo que están viviendo?
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